jueves, 16 de diciembre de 2010

Un día más

Desperté temprano, llegué a la misma hora. Lo urgente se olvidó y nuevos urgentes nacieron. Continué con mi costumbre noventera de ir al banco para depositar dinero en otras cuentas, dinero que nunca termina de ser mío.

Hora de la comida, tráfico, taxi caro, sol, ruido, Polanco. Un nuevo lugar, compañía inesperada, incómodo al principio, excesivo al final. Por lo menos la comida fue buena, cara.

De regreso a la oficina, cosas por terminar que quedarán pendientes ¿para mañana? ¿para siempre? ¿para el año que entra? Más láminas que hacer, más datos que obtener, de repente te sientes importante, luego llega la noche, el sueño, hora de irse.

Con los amigos para despejar la mente. Tus mensajes me recuerdan que alguien piensa en mi. La pantalla grande, otra historia, una idea se implanta en mi mente. Un café que me mantiene despierto, la noche envejece, la madrugada llega, esperando a que los párpados caigan.