martes, 19 de mayo de 2009

¿Anular el voto?

En julio próximo, se realizará la conocida como elección intermedia. En esta, se renovará la Cámara de Diputados, además de haber elecciones locales en otros estados, por citar algunos casos: en el DF y Estado de México se renuevan alcaldías y legislaturas locales, además de estar en juego las gobernaturas de San Luis Potosí y Nuevo León, entre otros.
Ante la falta de opciones que convenzan a los ciudadanos, la percepción de una abundancia de malos candidatos y la decreciente credibilidad de los partidos políticos. Una opción cada vez más popular entre los electores está siendo el acudir a las urnas sólo para anular el voto. Pero ¿servirá realmente esa medida? Analicemos.
Anular el voto quiere decir que ninguna de las opciones en la boleta han sido elegidas. Quiere decir que el ciudadano fue responsable y acudió a la casilla a ejercer su derecho, pero también quiere decir que el ciudadano ha decidido no apoyar a ninguna opción política, que no hubo un candidato o partido que lo convenciera totalmente para otorgarle su sufragio.
Una cosa que hay que tomar en cuenta es que anular el voto no es ninguna novedad. De acuerdo con cifras del IFE, el porcentaje de votos nulos en las 4 elecciones federales realizadas desde 1997 se ha comportado como sigue:
1997 - intermedia - 2.8% nulos
2000 – presidencial - 2.3% nulos
2003 – intermedia – 3.4% nulos
2006 – presidencial – 2.5% nulos
No sorprende que en las elecciones presidenciales o no intermedias sea en donde se observan los menores porcentajes de votos nulos. Esto se puede explicar porque el candidato presidencial, más visible que los candidatos a diputados, genera más empatías o rechazos, lo que causa que la gente vote por alguna de las opciones en lugar de por ninguna.
Así que, en este 2009 debemos esperar que la cantidad de votos nulos vuelva a tener un incremento. La clave estará en el siguiente cuestionamiento ¿de cuántos puntos porcentuales será el incremento? O más aún ¿Qué porcentaje de votos nulos harán que los partidos políticos, los gobernantes e incluso los medios de comunicación presten atención a ese fenómeno? Los invito queridos lectores a aportar su “número mágico”.
Ahora bien, muchos dirán que la forma en que se debe mostrar el rechazo es simplemente no yendo a votar. Yo difiero. Creo que si estás inconforme con la oferta política, lo mejor que se puede hacer es sí votar, aunque no lo hagas por algún partido. Así se está demostrando interés en participar, pero rechazo a la oferta. Mensaje claro.
Por otro lado, existe la idea de que anular el voto es desperdiciar el voto. “De todos modos va a ganar alguien” dicen quienes se oponen a anular su voto. Yo, en mi personal punto de vista, coincido. Es cierto que los partidos se han desprestigiado y que se empeñan en parecer un grupo oligárquico y lejano a los intereses de la mayoría. Pero finalmente uno de los nombres que aparecen en la boleta será el que ocupe la curul. Creo que es mejor informarse y seleccionar a la mejor opción, porque al final de cuentas no elegir es dejar que otros decidan por uno.
Se cuestionarán ¿para qué votar si el país va a seguir gobernado por muchos corruptos? Tal vez porque no hay una mejor opción en el corto plazo, las sociedades indiferentes ganan eso, gobiernos indiferentes. Por el momento creo que lo mejor es participar, hay que estar pendientes de las campañas, denunciar a malos candidatos, preguntar e informarse. Para que llegado el día, la decisión que hayamos tomado la tomemos informados. Si aún después de todo esto deciden anular su voto, adelante, finalmente el voto es libre y secreto, o al menos eso es lo que se supone debe ser.

jueves, 14 de mayo de 2009

Una curiosa apología

The Curious Case of Benjamin Button es una memorable historia que permite al espectador reflexionar sobre la vida y sus detalles, sobre quienes la viven con nosotros y sobre nuestra capacidad para cambiarla. Una historia que también nos permite reflexionar sobre las veces que, sin darnos cuenta, dejamos pasar de largo oportunidades para agradecer y estar felices, veces que olvidamos valorar los pequeños detalles que hacen llevadera la existencia. Atrapados, quizá, en la rutina y en la frustración de expectativas incumplidas.

En general, una historia que toma en perspectiva la vida de un hombre diferente. Lo curioso del caso de Benjamin es que su cuerpo va en sentido contrario al de su mente y al de todos nosotros, es decir, su cuerpo se hace joven mientras que su mente madura. Es así como el director plantea su historia, en la que se nos recuerda que hay quienes viven creyendo en el destino. Esta historia nos recuerda que vivir es no creer que ya todo está dicho, que siempre hay posibilidades de que las cosas sean diferentes.


Abandonado a su suerte a la entrada de lo que para su fortuna resultó ser un refugio para los ya no queridos. Tal vez porque se suponía que no viviría mucho, Benjamin atesoraba cada detalle, cada sensación, cada palabra. Al inicio de su vida, planteada en reversa, la apreciación de detalles que a menudo son obviados por quienes están viviendo de forma normal, se volvió el factor común. Sus limitaciones físicas, esas que compartía con los demás inquilinos del asilo, nunca impidieron que en su mente, carente del cansancio de una larga vida, florecieran la curiosidad e inocencia de un niño. Así, acompañando a Benjamin, tenemos la posibilidad de alegrarnos por nimiedades como el sonido de una casa en medio de la noche, como las lecciones de música de una extraña mujer o las historias de fábula de un hombre también diferente a los demás.

La belleza de esta historia radica en la capacidad del personaje de mantener su pureza de espíritu y benevolencia de carácter. El distinguirse de los demás nunca fue un impedimento para él, nunca negó sus defectos, ni limitaciones, nunca se negó a sí mismo. Pero eso tampoco le impidió ser osado, osadía que derivada de su ingenuidad lo llevó a tener las experiencias más bizarras, que a pesar de todo Benjamin siempre atesoró.

En Benjamin Button se ama con paciencia, se ama con intensidad y también se ama con sacrificio. Y que sería de una historia de vida sin un amor como el de Benjamin y su amada. Amor que tuvo que esperar el momento adecuado para florecer y que a la mitad de sus vidas los encontró a ambos, para no dejarlos jamás.

Lo curioso de amar en esta historia es que todos entienden que llegará un momento en que se dirá adiós. Porque como se dice en la película, hay cosas que no duran, pero otras sí, que trascienden el tiempo, la vida y la presencia del otro. Así el sacrificio por la felicidad del otro termina siendo el común que une a los amantes al final de su camino. Así, un día ella llegó a él para no irse más. Para estar ahí hasta el final. Su final. El final de esta historia.

Jueves oscariles


En las palabras de Enrique Burak, ¡llamen a los vecinos y despierten a los niños! ¿Por qué? Porque ha llegado el momento de inaugurar los jueves oscariles. Este día por muchos conocido como el “viernes chiquito”, lo dedicaré a comentar acerca de películas que ganaron o estuvieron nominadas para ganar la tan codiciada estatuilla.

Y que mejor forma de comenzar que comentando los cinco largometrajes que estuvieron nominados en la categoría de mejor película en esta pasada entrega de los Academy Awards. Me refiero a Slumdog Millionaire, Milk, The Curious Case of Benjamin Button, The reader y Frost/Nixon.

Más allá que entrar en la más común discusión de por qué The dark knight no recibió una nominación en esta categoría, me gustaría dedicarle un post a cada una de ellas. El orden será en el que pude verlas. Primero, la historia que protagonizaron Cate Blanchet y Brad Pitt (chequen el siguiente post).

miércoles, 13 de mayo de 2009

Igual a los demás

Imitar los hábitos, las palabras, las actitudes y las afinidades, esa costumbre de quienes se aferran a moldes hechos y probados por miedo a intentar cosas nuevas, de quienes esperan sentados a que llegue el momento para “hacer lo que deben hacer”. Esos quienes prefieren cumplir con lo que su grupo, su sociedad quiere y manda.

¿Salirse de la línea? Ni pensarlo, ¿para que?, mejor seguir el camino de lo ya establecido, de lo que es “correcto”. No vale la pena pensar diferente, o peor aún, ser diferente.

Quienes prefieren ser iguales viven atados a estereotipos, frases y rituales. Todo con el afán de hacer las cosas que “se espera” hagan, prefieren la seguridad de lo aceptado, a pesar de que no necesariamente eso sea lo que son, lo que los hace felices.

Peor aún, después de hacerse parte de las filas de los normales, se escudan en la manada para hacer burla de quienes son diferentes, la comodidad que les brinda ser “normales”, y haber antepuesto “lo que los demás piensan” a “lo que yo pienso”, les da las agallas para señalar a quienes expresan su diferencia, a quienes no tienen pena de no ser “igual a los demás”.

Y son aquellos que más temen que se note su diferencia los que más tachan, señalan, oprimen y lastiman. Son aquellos con las mayores inseguridades internas, los que se aferran más a las convenciones, a la comodidad de lo popular y a la falsa validez de (ser como) la mayoría.

Y tú ¿eres uno de ellos?

martes, 12 de mayo de 2009

Inicio

Ante la monotonía de la vida, muchas veces buscamos la manera de producir cambios a la rutina.

Esta es mi forma de hacerlo. El paso uno para cambiar.

¿Por qué con un blog? Porque escribir es una de mis pasiones. Buscaré en este espacio dar cabida a temas tan diversos como parecidos. Crítica social en temas triviales o relevantes, a veces, opinaré sobre películas o sobre eventos interesantes. ¿Libros? no lo sé, si leo alguno tal vez también lo comente en este espacio.

¿El título? simplemente porque me gusta ser controversial, pensar diferente a la mayoría. Así el nombre del blog hace alusión a que es algo que la mayoría (en una democracia las mayorías deciden) cree incorrecto, sin necesariamente serlo.

Entonces, dejemos que las ideas fluyan ...