Imitar los hábitos, las palabras, las actitudes y las afinidades, esa costumbre de quienes se aferran a moldes hechos y probados por miedo a intentar cosas nuevas, de quienes esperan sentados a que llegue el momento para “hacer lo que deben hacer”. Esos quienes prefieren cumplir con lo que su grupo, su sociedad quiere y manda.
¿Salirse de la línea? Ni pensarlo, ¿para que?, mejor seguir el camino de lo ya establecido, de lo que es “correcto”. No vale la pena pensar diferente, o peor aún, ser diferente.
Quienes prefieren ser iguales viven atados a estereotipos, frases y rituales. Todo con el afán de hacer las cosas que “se espera” hagan, prefieren la seguridad de lo aceptado, a pesar de que no necesariamente eso sea lo que son, lo que los hace felices.
Peor aún, después de hacerse parte de las filas de los normales, se escudan en la manada para hacer burla de quienes son diferentes, la comodidad que les brinda ser “normales”, y haber antepuesto “lo que los demás piensan” a “lo que yo pienso”, les da las agallas para señalar a quienes expresan su diferencia, a quienes no tienen pena de no ser “igual a los demás”.
Y son aquellos que más temen que se note su diferencia los que más tachan, señalan, oprimen y lastiman. Son aquellos con las mayores inseguridades internas, los que se aferran más a las convenciones, a la comodidad de lo popular y a la falsa validez de (ser como) la mayoría.
Y tú ¿eres uno de ellos?
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Esforzándome por no SER ,
ResponderEliminarya no sé lo que soy.
Es una cuestión dudosa, como siempre ha sido , lo que uno es.
pero bueno enfin.
para no desanimarme del todo, dejo un link de un libro que creo que te gusTará:
hablando del SER o no SER
www.karaokecapitalism.com
No lo sé. Para mí, es un cuestión de supervivencia cómoda. Deseamos ser iguales a los demás ya que eso facilita nuestro papel en eso que llamamos "sociedad" y, al mismo tiempo, nos ahorra mucha energía. Es la ruta sencilla para ser un ser humano. Nada de selección natural ni libertado civil. Únicamente saca una copia del humano mas cercano y dibuja el contorno encima de tí. Garantizado.
ResponderEliminarPrecisamente quiero poner el dedo en esa yaga, aquella que representa el conformismo/comodidad que prefiere la mayoría contrastado con aquellos que son vistos como bichos raros por experimentar, expresarse o simplemente aceptarse como son, aunque eso signifique ser diferente.
ResponderEliminarReleyendo esta entrada, decidí comentar:
ResponderEliminarSer igual, ser diferente, no creo que eso importe, lo importante es aprender a respetar (chequen que no dije tolerar), respetar la libertad que todos tenemos para hacer de nuestra vida un papalote, pero entonces entramos en eso tan complicado que es la libertad, pues cada quien es libre de respetar o no la individualidad del otro: el igual la del diferente, el diferente la del igual, ¿igual a quién? ¿diferente a quién?. Por otro lado la igualdad tmb es una utopía y volvemos por donde llegamos.
Hay quien está bien siguiendo la línea, viviendo conforme a lo establecido, hay quien no y busca salir de esa línea, todo se vale, todo está bien. El respeto a todo esto sería lo ideal. La discriminación a lo otro, a lo ajeno, es algo muy humano, creo yo; entonces, si no hay respeto y hay mucha libertad, lo único a lo que se llega es a la indiferencia ante eso tan diferente que nos es tan repulsivo o indeseado; pero la libertad no es ninguna culpable para eso están otras cosas como la inteligencia o el criterio, la indiferencia no es ninguna postura, es una pendejada eso es lo que es.
Repudio a quién va más allá de la indiferencia y ataca físicamente; argumentar debe ser lo único que existe, puesto que todos somos capaces de argumentar en contra o a favor, en defensa o atacando algo y finalmente estar de acuerdo en estar en desacuerdo.
Y como hay tantas posturas y tantas cosas que repudiar y/o discriminar, deberías abrir un debate sobre algo más específico.
(puro pinche choro que ;) Saludos)